Borja Prado aterrizaba hace unas semanas en Mediaset tomando el relevo de Vasile. Lo hacía con intención de plantear una profunda renovación en el grupo audiovisual ante los malos resultados del último año. Entre los perjudicados por las modificaciones se encuentran algunos de los rostros más reconocidos de Telecinco, como es el caso de Christian Gálvez.
En los pasillos de Fuencarral empieza a haber cierta incertidumbre. Se avecina un cambio de modelo televisivo y nadie parece tener el puesto garantizado. La pérdida de confianza por parte de los espectadores favorece esta transformación que tienen previsto acometer durante este primer semestre del año.
Borja Prado ha sido la persona elegida para liderar esta revolución. Elegido el pasado mes de abril como presidente, no fue hasta este enero cuando empezó a asumir las riendas de la cadena. Tiene ante sí un desafío muy complicado, como es revertir los datos de audiencia.
En Telecinco se habían acostumbrado a ser los líderes durante casi todo el siglo XXI. Sin embargo, desde hace un año han quedado relegados a un segundo plano en detrimento de Antena 3. Este mes llevan una cuota media del 10,2%, que son casi cuatro puntos menos que el canal de Atresmedia.
Muy cerca de ellos ya se encuentra TVE, que ha conseguido despegar durante diciembre gracias al fútbol y a la programación navideña. La situación pintaría mucho más negra para Mediaset en el caso de que el ente público tuviera una programación más competitiva.
Los nuevos directivos tienen muy claro hacia dónde debe dirigirse el futuro del grupo audiovisual. Quieren hacer programas más blancos, aptos para toda la familia y huir del mundo del corazón.
Borja Prado tiene en mente dos nuevas series diarias. Se trata de un género poco explotado por la cadena, que llevaba casi 10 años sin apostar por este tipo de formatos. De hecho, están acelerando lo máximo posible la grabación de Mía es la venganza.
Detrás de esta ficción se esconde la productora que consiguió unos brillantes resultados con Entrevías o Vivir sin permiso. Lo más probable es que le busquen un hueco en la franja vespertina, ya sea tras el informativo o a última hora de la tarde. Sería la gran baza que utilizaran para competir contra Pasapalabra.
La mayor parte de los cambios afectarán a las tardes de Telecinco. Se ha probado de todo con tal de buscar una solución a la caída en picado de Sálvame. Pero todas las propuestas planteadas acabaron fracasando.
No es descartable que traten de reducir al máximo la presencia de este programa y apostar por la ficción y los concursos en este tramo. Pero, de momento, son todo conjeturas y habrá que esperar unas cuantas semanas para comprobar esa revolución.
Borja Prado ya deja notar su sello
Borja Prado tardará aún un tiempo en realizar esta transformación. No obstante ya ha tomado alguna decisión que empezará a ser visible desde este fin de semana.
Parece dispuesto a concederle una nueva oportunidad a Christian Gálvez con su concurso 25 palabras. Hasta la fecha se venía emitiendo a diario a las 19:00, con unos resultados bastante discretos. Sin embargo, ahora tendrán una nueva oportunidad los sábados por la noche.
Confía en que pueda remontar la situación y que con el paso de las semanas vaya arañando unos cuantas décimas a la competencia. De momento debe conformarse con un 8,6% de media. Aunque la situación es peor para Ion Aramendi con Reacción en cadena, que ronda el 7%.
Borja Prado mantendrá únicamente aquello que funciona. Por eso seguirá confiando las mañanas a Ana Rosa Quintana, que lleva 18 años al frente del formato y que roza el 18% de cuota. Unas cifras envidiables para el resto de la cadena.
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