Enrique Ponce se ha encontrado con muchos obstáculos desde que Ana Soria llegara a su vida. Incluso en su propia familia se lo han puesto complicado. Y es que sus hijas no aceptan a la joven almeriense.
Bianca y Palomita, las dos niñas fruto de la relación entre el diestro y Paloma Cuevas, no pueden ver a la pareja de su padre. Así lo recoge el portal Informalia. Esto es algo evidente como demuestra el hecho de que la estudiante de Derecho nunca le acompañe a Madrid cuando acude a visitarlas.
Ya le han dejado claro a Ponce que no sería bien recibida. De momento, prefieren mantener las distancias.
Eso no implica que las menores, de 14 y 10 años, sientan auténtica admiración por su padre. En cualquier caso, siempre han estado muy vinculadas a Paloma, y en ese sentido no han conseguido pasar página.
La separación del matrimonio les cogió prácticamente por sorpresa. No eran conocedoras de que sus progenitores estuvieran atravesando por una crisis sentimental, y mucho menos que aquello acabara en una ruptura definitiva. Pero tampoco contaban con que apareciera una tercera persona en esa relación que reemplazara a su madre.
Desde que iniciaran su idilio hace un par de años, los rumores de crisis y de separación siempre han estado presentes. En cualquier caso, desde el entorno del torero aseguran a dicho medio que él y Ana “siguen tan enamorados como siempre”. Desmienten cualquier posible distanciamiento como se ha llegado a publicar.
Confiesan que es cierto que la joven “no quiere que vuelva a torear, porque, a pesar de que suele ir a verle a las corridas, lo pasa mal”. Además, cuentan que es una apasionada de los toros, pero no le gusta ver a su chico en la plaza.
La intención de Enrique Ponce sería mantenerse en activo al menos una temporada más. De esa forma podría retirarse de los ruedos delante de los espectadores y de alguna manera devolverles el cariño dado durante todos estos años.
Paloma Cuevas hundida tras escuchar las palabras que nunca quería oír
Sería, además, una oportunidad importante para engordar su cuenta corriente, aprovechando que es su despedida. Creen que se merece “una retirada paulatina y digna. Torear en plazas de primera categoría y, si procede, saltar a las plazas americanas de mayor renombre”, afirman.
A Ana Soria no le acaba de convencer esta posibilidad. Sabe que su regreso implicaría el distanciamiento de la pareja, además del riesgo al que se enfrentaría al ponerse delante de un toro. Además, han puesto en marcha una empresa inmobiliaria que inició su actividad en una lujosa urbanización a 15 kilómetros del centro de Almería.
La intención es construir allí la nueva casa de la pareja. Se situaría en un entorno envidiable, sobre una parcela de 800 metros cuadrados.
Enrique Ponce confiesa que está muy enamorado
Enrique Ponce tuvo que salir a desmentir hace unos días que su relación estuviera pasando por un momento de crisis. Lo hizo en una conversación con el periodista Saúl Ortiz en ABC.
Negó cualquier tipo de problema con la joven y se atrevió a declararle su amor. “Estoy muy enamorado de Ana y es la mujer con la que quiero estar. No van a poder con nosotros”, soltó el diestro.
La pareja trata de llevar una vida lo más discreta posible en Almería. Lo hacen alejados del ruido mediático y sin la presión de los medios de comunicación. Hace tiempo que abandonaron las redes sociales y que no participan en ningún tipo de acto público.
El único problema que se ha encontrado Enrique ha sido la negativa de sus hijas a aceptar a Ana. Quizás con el tiempo se den cuenta de que es la persona con la que quiere estar su padre.