Letizia sabe que durante los próximos días todas las miradas estarán puestas en la familia real. El regreso de Juan Carlos a España y la reunión que mantendrá el emérito con Felipe se seguirán con mucha atención. En vista de eso, ella ha optado por desaparecer.
No está previsto que participe en ningún tipo de acto y cederá todo el protagonismo a su marido. Prefiere mantenerse en un segundo plano, consciente de que deben ser otros los que tomen decisiones.
Es de sobra conocido el distanciamiento que hay entre Letizia y su suegro. Las últimas polémicas protagonizadas por Juan Carlos acabaron por fracturar la relación. La asturiana se afanaba en mantener la buena imagen de la institución, mientras el padre de su marido se encargaba de desprestigiarla.
Está previsto que llegue esta noche a suelo español, después de casi dos años en los Emiratos Árabes. Los reyes le invitaron en su día a marcharse, en vista del enorme revuelo que habían generado sus cuentas y líos sentimentales.
Antes de despachar el lunes con Felipe, disfrutará de unos días de descanso en la localidad gallega de Sanxenxo. Se hospedará en la casa de su amigo Pedro Campos. La información la adelantaba el pasado lunes Fernando Ónega en Onda Cero.
Después de unos cuantos días de especulaciones, Zarzuela se encargó de confirmar la noticia en las últimas horas. En un comunicado desvelaban que el monarca había trasladado a su hijo su intención de "desplazarse a España". Su vuelta se producirá este jueves y se prolongará hasta el próximo 23 de mayo.
Las distintas partes llevaban un tiempo negociando el retorno del emérito. Parece ser que el que sale vencedor de esta confrontación es el marido de Sofía. Él ha fijado los plazos a su antojo y ha movido los hilos necesarios para tener un recibimiento a la altura.
La intención de Letizia y de su marido es que continúe teniendo su residencia en el extranjero. Eso sí, no le pondrían impedimento a que pasara algunas temporadas en suelo español. En cualquier caso, las puertas del palacio estarían cerradas para él.
Se trata de algo que no están dispuestos a negociar los reyes. Saben que por encima de los vínculos familiares se encuentra la imagen de la Corona. Cualquier tipo de acercamiento al emérito supondría una estocada para la Casa Real.
En Zarzuela trataron de arrojar balones fuera cuando se les pedía una confirmación respecto al viaje. "Es una persona privada y sus decisiones son suyas. Si estima que tenemos que comunicar algo, así lo haremos cuando nos lo diga", explicaban.
Todo dependía de Juan Carlos. Cuando se asentó en Abu Dabi también mandó informar de su nueva situación "12 días después", que fue cuando "nos pidió hacerlo". Así lo recoge El Mundo de fuentes próximas a la Casa Real.
Letizia se mantiene al margen
Letizia y Felipe se han visto obligados a ceder ante algunas de las peticiones del emérito. Lo más normal es que regresara a España pisando en primer lugar el palacio, principalmente por respeto al Jefe del Estado. Sin embargo, decide pasarse antes por Galicia para reunirse con sus amigos.
En principio tiene previsto disfrutar de la costa gallega y de la gastronomía en compañía de este grupo de allegados. Una vez que pase el fin de semana será el momento de viajar a Madrid. Allí tiene previsto celebrar un encuentro con el rey y Sofía.
En el comunicado de Casa Real añaden que también estarán los "demás miembros de su familia en el Palacio de La Zarzuela". Pero de este mensaje se puede extraer una conclusión.
En ningún lugar de la nota se menciona a Letizia. Tampoco a sus hijas Leonor y la infanta Sofía. Es una prueba de que no quieren saber nada de él.